
Hoy más que nunca necesitaba entender que es lo que sucedía en mí, por las noches me preguntaba si era realidad o mentira lo que me rodeaba. Y al cerrar los ojos, e invocar su presencia, le sentía cada vez más lejos. Y cuando los abrí, y miré al cielo, y al ver esa Luna tan brillante me regresó una paz que hace algún tiempo ya no sentía. Y por fin comprendí que nada ni nadie puede perturbar mi paz interior, me siento bien, me siento mejor, y doy gracias a la vida por esos momentos maravillosos que me da día con día, la vida me dio el mejor de los regalos, ser una mujer sensible, pero a la misma vez firme en mis convicciones.
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