En principio, bastaría con tener salud,
dinero y amor, lo que ya es un paquete encomiable,
pero nuestros deseos son aún más complejos.
No basta que no tengamos fiebre:
queremos, además de la salud, ser
flaquísimos, atractivos, irresistibles.
¿Dinero? No basta con pagar el alquiler,
la comida y el cine: queremos la piscina
olímpica y una temporada en un spa
cinco estrellas.
Y en cuanto al amor... Ah, el amor...
no basta con tener alguien con quien
poder conversar, compartir una pizza
y tener sexo de vez en cuando.
Eso es pensar pequeño: queremos
AMOR, todo mayúsculo.
Queremos estar visceralmente apasionados,
queremos ser sorprendidos por declaraciones
y regalos inesperados, queremos comer a la
luz de las velas de lunes a domingo,
queremos sexo salvaje a diario,
queremos ser felices así y no de otro modo.
Es lo que trae ver tanta televisión
Simplemente, nos olvidamos de intentar
ser felices de una forma más realista.
Tener una pareja constante puede o no
ser sinónimo de felicidad. Puedes ser feliz
soltero, feliz con romances ocasionales,
feliz con una pareja, feliz sin ninguna.
No existe el amor minúsculo, principalmente
cuando se trata de amor propio.
El dinero es una bendición. Quien lo tiene,
tiene que aprovecharlo, gastarlo, usufructuarlo.
No perder tiempo juntando, juntando, juntando.
Apenas lo suficiente para sentirse seguro, pero no
aprisionado.
Y si tenemos poco, con ese poco intentar
sujetar la correa, buscando cosas que salgan gratis,
como un poco de
humor, un poco de fe
y un poco de
creatividad.
Ser feliz de forma realista es hacer
lo posible y aceptar lo improbable.
Hacer ejercicios sin ansiar pasarelas,
trabajar sin ansiar el estrellato,
amar sin ansiar lo eterno.
Mira el reloj: hora de despertarse...
Es importante buscar adentro qué nos
moviliza, nos instiga y nos conduce,
pero sin exigirse inhumanamente.
La vida no es un juego donde sólo quien
pone a prueba sus límites es quien se lleva
el premio. No seamos víctimas ingenuas
de esta competencia.
Si la meta está demasiado lejos, redúcela.
Si no estás de acuerdo con las reglas,
resígnate. Inventa tu propio juego.
Haz lo que sea necesario para ser feliz.
Pero no te olvides que la felicidad es un sentimiento
simple...
Tú puedes encontrarla
o dejarla ir por no percibir su simplicidad.
La felicidad transmite paz y no sentimientos fuertes que nos
atormentan
y provocan inquietud
en nuestro corazón.
Eso puede ser alegría, pasión, entusiasmo, pero no
felicidad.
Besos con cariño……
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Soy Mujer…Soy Así….©©©
Lucylink